La desventaja de una van son sus diminutas dimensiones, que le hacen parecer una casa de muñecas, lo que a su vez es, por otro lado, su punto fuerte: puede usarse tanto en el día a día como para escapadas o vivienda, pasando desapercibidas y proporcionando la tranquilidad que ello supone, más cuando se duerme dentro. Son mucho más manejables y prácticas para el tráfico y el aparcamiento. Caben en la estrechez de algunas calles coloniales, la bajeza de ciertos túneles y de árboles de corta estatura. Algunas personas resuelven la molestia de no poder ponerse de pie con un techo elevable (también conocido por pop-up), que sirve además para una segunda cama elevada. Otras nos resignamos a estar básicamente sentadas en el interior y otras adquieren un furgón de mayor envergadura. Un truco para ganar espacio es hacer que los asientos delanteros sean giratorios.
Caminando hacia la caravana y la autocaravana, pero sin llegar todavía a la amplitud de éstas, se halla la llamada camper-truck o pick-up camper : una cápsula en forma de L invertida sobre la caja de una camioneta con sus particulares ventajas e inconvenientes . Es de quita y pon, por lo que puede disociarse del auto que la carga y usar éste independientemente, aunque montarla y desmontarla no es sencillo. Además, los ajustadores o tensores que se colocan para unir ambas partes son costosos y hay que controlar que no se aflojen. Si se compran de fábrica, las camper-truck suelen tener wc y ducha, dependiendo del modelo y del año (en general, desde 1995). Claro, que siempre existe la opción de mandar construir una cápsula a medida de nuestro vehículo, más elemental, menos lujosa.
También existe la versión pop-up camper, cuyo techo se extiende hacia arriba y se vuelve a comprimir, lo que evita la resistencia del viento y reduce el gasto de carburante. La cama (que suele situarse sobre la cabina del volante) suele estar separada de la “sala de estar”, a un nivel más bajo. Pero, ante una situación de inseguridad, no hay acceso directo a tal cabina para echar a andar la camioneta y largarse.
Si aún se desea más rapidez a la hora de disociar el auto del espacio de vivienda nómada, puede optarse por dos diferentes tipos de casa de campaña: el roof-tent ( carpa que se monta sobre el techo del vehículo) y el pop-up trailer o tent-trailer (una carpa-remolque más sofisticada, que al desplegarse hace aparecer varias camas tamaño queen ).
En la plaza de Nueva Imperial, una metrópoli pueblerina del sur chileno, conocí a una familia argentina de cinco integrantes que había customizado un autobús. Hasta el tablero (donde se sitúan velocímetro, cuentakilómetros, luces controladoras, etc.) había sido reconstruido artesanalmente en madera por el padre. En otra plaza remota, una mujer había convertido otro bus en acogedora cafetería y futura residencia overlander. Hay seres que acondicionan ambulancias, coches de bomberos, camiones industriales y hasta construyen minúsculas cabañas de madera sobre un chasis. Para los menos ingeniosos, que necesitan igual holgura por ser familia numerosa o porque se plantean vivir viajando en la carretera, existe la tradicional caravana y su evolución compactada: la autocaravana, más conocida en suelo americano con el término inglés motorhome .
La primera es un remolque para automóvil. Las principales diferencias con una autocaravana son la falta de tracción propia y que el espacio habitable y el vehículo son entidades separadas. Esto permite dejar la casa en un camping o parking (que hay que pagar) y utilizar sólo el auto si es necesario, ahorrando combustible en esas ocasiones. La caravana también puede hacerse temporalmente sedentaria (por lo que exige un lugar donde guardarse cuando no está en movimiento) o albergar la sede de un negocio móvil.
La motorhome es, como su nombre anglosajón indica, el hogar motorizado por excelencia. Al pesar más de 3.500 kg. requiere el carnet C1 para manejarse (a partir de 7.500 kg. se necesita el C2). Sus motores son enormes, robustos y consumen mucho, hasta 30 litros/100 km. Por lo mismo, sus depósitos para agua y combustible son de gran capacidad. El poder adquisitivo para comprarlas varía: encontré una antigua y de segunda mano al mismo precio de una van camperizada. Las llamadas Premium, de diseño y fabricación personalizada, exceden la mayoría de posibilidades de la gente común.
Las más austeras poseen cuarto de baño completo, cocina equipada, una cama amplia y asientos que pueden volverse colchones nocturnos, acunando a seis o siete individos. Las más lujosas pueden alcanzar los 9 metros de largo, 4 de alto y 2,5 de ancho, con la consiguiente dificultad de desplazamiento. Éstas se elevan sobre la base de un autobús, son aptas para carreteras en buen estado y llegan a tener un garaje interno para un segundo vehículo. Las hay cuya base es de camión, con tracción total y los bajos de la carrocería bastante elevados, ideal para parajes forestales, desiertos, nieve y países con poca infraestructura automovilística.