¿Qué es el permiso de conducir internacional?

Quien se hace nómada, por más o menos tiempo, siempre se cuestiona cómo es habitar en otras partes. Quien, además de vagamundo, elige su transitar sobre las ruedas de un vehículo, tiene dudas existenciales acerca de todo lo concerniente a la nave planetaria que conduce, lo que incluye cualquier burocracia legal necesaria para que nuestra libertad no se vea restringida.

¿Será válido mi carnet de conducir español más allá de mi país?, me pregunté cuando decidí ser parte de la comunidad overlander. Para empezar, tuve que ampliar mi lenguaje. Tal carnet es nombrado “registro” en Argentina, “brevete” en Perú y “permiso” o “licencia” en otras naciones hispanohablantes, múltiples sustantivos para ese documento que autoriza administrativamente a quien lo posee para la conducción de autos motorizados en las vías públicas. Seguidamente, la respuesta a la pregunta inicial volvió a ser espiralmente relativa: mi permiso será lícito según de dónde provenga, adónde me dirija, por cuánto tiempo, etc.

Si tu carnet es europeo puedes conducir (“manejar” en el argot de la mayoría de las lenguas latinas de América) de forma permanente en los 28 estados de la Unión Europea, y en los 3 del llamado Espacio Económico Europeo (Islandia, Noruega y Liechtenstein). El único requisito es que la licencia sea original y esté en vigor, ya que los documentos caducados o provisionales no suelen ser reconocidos más allá de sus fronteras. Dependiendo de cuál sea tu país de residencia habitual, podrás conducir (sólo entre 3 y 6 meses) en aquellas naciones con las que la tuya haya firmado un tratado bilateral. Por ejemplo, si tu carnet es español puedes manejar con él en casi todos los países latinoamericanos, además de Argelia, Marruecos, Serbia, Turquía, Túnez, Ucrania y Macedonia. Sin embargo, dado que los pactos gubernamentales varían constantemente, sería prudente preguntar en el consulado u oficina de turismo de tu país de destino acerca de las condiciones actuales. 

Si, por el contrario, la nación a la que viajas no cumple alguna de las condiciones mencionadas anteriormente o, sin más, quieres asegurarte no tener problemas, necesitarás el PIC, el Permiso de Conducir Internacional. Físicamente, es un tríptico de cartulina gris con 16 hojas que certifica tus datos personales y las autorizaciones para conducir que posees, traducidas a diferentes idiomas (español, alemán, inglés, francés, italiano, portugués, árabe y ruso). Desde el 24 de abril de 1926, en un convenio internacional celebrado en París de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), se acordaron medidas globales en lo relativo a la circulación motora, que incluyeron el surgimiento de este título mundial, garante de la seguridad vial en los países que recibirán a los turistas y que se hayan adscrito a tal convenio, la mayoría a día de hoy (más de 150).

El PIC es temporal, tiene una validez de un año, por lo que conviene tramitarlo lo más próximo a tu partida que te sea posible para sacarle todo el partido. El tiempo para obtenerlo varía desde unos minutos hasta unas dos semanas. La tasa de expedición cuesta alrededor de 10 euros, costo proporcional al nivel de vida de cada país que lo emite. No es prorrogable, pero puedes solicitar uno nuevo cuando venza. Tampoco sirve para manejar eternamente en el país de visita. Habría que solicitar la convalidación de tu permiso original si quisieras manejar allí por más de 365 días seguidos, además de gestionar tu estatus civil, quizás, de turista a residente (eso dependerá de las leyes propias del lugar, ya que hay países, aunque pocos, donde prácticamente puedes ser un eterno viajante y obtener un visado de turismo tras otro). Has de saber que el PIC  no autoriza a circular con tu vehículo en la nación que lo expide, ya que es un documento para tierras foráneas. Además, siempre debe ir acompañado de tu pasaporte y tu licencia de conducción nacional. Cuando esta última caduque, el PIC también lo hará.  

La mayoría de países delega la tarea de extender este permiso a asociaciones o clubes automovilistas, como es el caso de Argentina y México. En España, en cambio, se ocupa de ello cualquier Jefatura Provincial de Tráfico, un departamento gubernamental. Puede hacerse presencialmente, a distancia (mediante el envío de la documentación necesaria, on line o por correo tradicional) y a través de un tercero, previa autorización escrita para tu representante en cuestión. También hay agencias virtuales que realizan el certificado, aunque algunas son falsas, ya que no disponen del aval correspondiente. Asegúrate de su legitimidad antes de elegir dónde gestionarlo.

¿Es indispensable el PIC para movilizarte en otras partes del mundo en un vehículo propio, alquilado o, mucho mejor, intercambiado gracias a nuestra comunidad Swap the Road? Realmente no, ya sabes… Dependerá de dónde vaya a realizarse tu viaje en carretera y otros detalles. Aunque, si priorizas tu tranquilidad y ahorrarte inconvenientes imprevistos, sanciones y encontronazos con la policía, tenerlo, incluso en países donde no es un requisito legal, te asegurará que ningún agente de la autoridad pueda multarte o frenar tus planes de vacaciones o vida, en el caso de que sufras un accidente, por ejemplo, y debas presentar los documentos pertinentes. Sencillamente, es la manera más fácil de estar cumpliendo con la ley y las normativas internacionales y evitar un posible delito civil o penal. No poseer el PIC puede invalidar, además, tu seguro de viaje en el caso de querer reclamar pérdidas o daños causados a quien conduce.

Sin embargo, si planeas rodar por continentes cuya infraestructura de carreteras no es demasiado óptima o incluso inexistente en algunos lugares, como en Asia o en África, las probabilidades de padecer un percance con tu vehículo aumentan, o si deseas adentrarte en zonas rurales de cualquier parte, donde la seguridad plana del asfalto desaparece. Si hubieras experimentado en vivo el estilo de conducción casi suicida de la India, donde el estado mecánico de los autobuses es deprimente, los frenos chirrían como un gato herido y las vías están punteadas cada pocos kilómetros por descomunales boquetes que hacen peligrar la estabilidad de las ruedas, quizá no dudarías en correr a conseguir tu PIC… Recuerdo mi corazón latiendo a mil por hora en los caminos de tierra de Ladakh, la zona desértica de las montañas indias de los Himalayas del norte. Allá, los chóferes de los autocares, debido a la estrechez de las pistas (donde sólo cabe un vehículo pero existe el doble sentido) toman las curvas a una velocidad de vértigo, avisando con el claxon por si alguien viene conduciendo de frente. No es casual que aquellas calzadas estén catalogadas como unas de las más arriesgadas del globo. A veces, la vista en picado del abismo que se desenrolla al borde de la carretera es un auto estrellado abajo, alimento para el óxido de los vientos y las nieves que esculpen el paisaje. De todas maneras, no es mi intención asustarte… ¡Viaja y conduce por donde sea!

Si eres amante de tu libertad, ir a tu ritmo, te atraen los planes abiertos, no te gustan las excursiones organizadas por agencias y prefieres llegar a parajes no masificados fuera del circuito turístico, poseer tu propio vehículo o alquilar uno es la opción más indicada, a no ser que te apasione sumergirte de lleno en la vida local de tus destinos y usar el transporte público, como cualquier hija de vecino, asumiendo los horarios de ruta de los autobuses colectivos, los embotellamientos de las horas punta y los sudores de viajar apretada y tal vez de pie. Si, además, asumir ciertos riesgos es parte usual de tu vanlife, no sacar tu PIC puede ser otra opción. 

En algunos países, como Australia, te toparás con que no podrás alquilar ningún auto sin este permiso. Pero en otros lugares, como Tailandia o India, no suelen exigirlo, al menos para el alquiler de motos. En USA dependerá del Estado donde desees circular: unos admiten tu carnet nacional, otros piden el PIC y otros varían, según si te has visto involucrada o no en un accidente de tránsito. En Costa Rica no es un documento de conductor reconocido oficialmente. Allí precisarás de tu licencia original y tu pasaporte, y muchos policías sólo querrán ver este último. En ese lado oeste de la Tierra existe además la llamada Licencia de Conducir Interamericana, que posibilita conducir en veinte países de Abya Yala, el nombre más antiguo que se conoce para el vasto territorio de las Américas. 

Las categorías vehiculares básicas para las que el PIC autoriza su manejo podrían resumirse

en las siguientes, aunque existen subcategorías en las que varían detalles, como el peso permitido:

– A: motos y ciclomotores, con o sin coche lateral, y vehículos para inválidos con un peso no superior a 400 Kg.

– B: vehículos destinados al transporte de viajeros que tengan hasta ocho asientos, incluido el asiento de conducción, o los utilizados para el transporte de mercancías. El peso máximo autorizado son 3.500 Kg. Podrán ir acompañados de un remolque ligero de hasta 750 Kg., o cuya masa total (el vehículo más el remolque) no exceda los 3.500 Kg. También aplica para triciclos y cuatriciclos motorizados.

– C: apto para las mismas características y medidas que la categoría B, pero pudiendo exceder la masa de 3.500 Kg.

– D:  vehículos a motor destinados al transporte de viajeros (casi siempre autobuses) con más de ocho plazas, además del asiento de conducción, o junto con un remolque cuya masa máxima sea 750 kg.

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